Gary Becker y la legalización de las drogas (I)
By Revista Contrapunto | Etiquetas: entrevista, Gary Becker, legalización de las drogasEn el octavo número de Contrapunto —Libertad Ciudadana, Libertad— se publicó la entrevista que realizamos a Gary Becker, profesor de la Universidad de Chicago y Premio Nobel de economía. El artículo contiene una breve reseña biográfica de Becker, así como el texto íntegro de la entrevista en inglés. Para comodidad de nuestros lectores, en este blog publicaremos una serie de posts en español donde organizamos temáticamente las respuestas que nos parecen más interesantes. En esta primera entrega, abordaremos las preguntas relacionadas con los costos y beneficios de la legalización de las drogas, así como el papel que debería jugar el Estado en este proceso. Esperamos que la entrevista y estos posts sean de su agrado y, sobre todo, que contribuyan al debate informado.
En debate sobre la legalización de las drogas conviven diversos enfoques y argumentos. Algunos señalan que el consumo de drogas debe verse como un ejercicio de libertad individual. Para otros, un enfoque de salud pública permitiría, entre otras cosas, incrementar la información disponible al consumidor, disminuir las muertes por sobredosis, brindar tratamientos más efectivos a los adictos y reducir el contagio de enfermedades. Finalmente hay algunos que, como Gary Becker, piensan que la legalización de las drogas reduciría los costos de la llamada guerra contra las drogas. Ante la pregunta de cuáles serían los mayores beneficios de la legalización, nuestro entrevistado respondió que tres consideraciones son importantes:
Lo primero es que la guerra contra las drogas es extremadamente costosa en dimensiones muy diferentes. El costo no es sólo la cantidad de dinero que se paga, sino también el número de personas que van a la cárcel por vender drogas. En los Estados Unidos, estas personas son una fracción muy importante del total de personas que van a la cárcel. [La guerra contra las drogas] también destruye vecindarios. En los EU, la mayor parte de las ventas se realiza en las ciudades, en barrios que se convierten en lugares difíciles de vivir. Finalmente, la guerra contra las drogas corrompe a la policía y a otros agentes gubernamentales.
Vistos los beneficios que, según Becker, traería la legalización de las drogas, resultaba fundamental considerar el otro lado de la moneda: los costos. En este sentido, Becker argumenta que la legalización reducirá el precio de las drogas y que esto muy probablemente provocará un aumento en el consumo. En palabras del entrevistado:
Las personas que están descontentas con el consumo de drogas tendrán que anticipar que el uso de las drogas incrementará. Mucha gente está preocupada porque cree que los niños serán más propensos a convertirse en adictos. Creo que el efecto será moderado. Yo anticiparía un incremento en el consumo de drogas, pero con efectos modestos. Aunque es posible que el consumo disminuya por otras razones, creo que el uso tenderá a incrementarse.
Sin embargo, Becker advierte que aún, con la legalización, existen mecanismos que permitirían reducir el consumo de drogas:
[S]i quisiéramos, podríamos disminuir el consumo mediante la imposición de un impuesto monetario sobre el consumo de drogas, tal y como lo hacemos para el alcohol o cigarrillos.
Los detalles del impuesto al que se refiere Becker están en el paper que publicó con Kevin Murphy y Michael Grossman, The Economic Theory of Illegal Goods: The Case of Drugs (NBER, 2004). Sin embargo, un elemento fundamental, que no está desarrollado en ese trabajo, es la forma de determinar los elementos que debería considerar el costo social. Ante esta interrogante, Becker contestó:
Las personas bajo la influencia de ciertas drogas pueden provocar accidentes automovilísticos, por ejemplo. También tenemos varios casos en los que conductores de trenes se han involucrado en accidentes porque usaron drogas. Ese tipo de accidentes son los costos sociales más claros del consumo de drogas. Eso es lo que se quiere atacar y hay muchas maneras de hacerlo.
De acuerdo con la anterior respuesta, parecería que los costos sociales del uso de las drogas serían prácticamente iguales a los que provoca el consumo excesivo de alcohol. Le preguntamos a Becker qué pensaba al respecto y contestó:
Absolutamente. Muchos de ellos serán lo mismo. La diferencia sería que hay muchas personas que sólo quieren consumir una pequeña cantidad de alcohol durante todo el año. No estoy seguro que esto vaya a ser cierto con las drogas. Así que vamos a tener una pequeña fracción de personas que estarán consumiendo drogas intensamente. La mayoría de las personas no se convierten en alcohólicos y no abusan su consumo de alcohol. Es por eso que a veces se sugiere que, en vez de establecer impuestos para el consumo en general, se grave a los bebedores pesados que involucran en accidentes de tránsito.
Independientemente de esta diferencia, para Becker existen otras similitudes entre drogas y alcohol:
Por ejemplo, a algunas personas no les gusta el hecho de que otras beban. Esa es la razón por la que había prohibición en los Estados Unidos. De la misma manera, a muchas personas no les gusta que otras personas, especialmente los jóvenes, consuman marihuana, crack o drogas pesadas. Pero yo estaría muy incómodo de llamar a esto una externalidad.
Resulta interesante que, para Becker, el costo social más importante que provocaría la legalización de las drogas sean los accidentes automovilísticos. Siguiendo esta idea, la preguntamos si no consideraba que un mayor consumo de drogas—un efecto previsible de la legalización—no afectaría el desarrollo de capital humano. Específicamente, le señalamos la situación de los hijos de padres adictos, que bien podrían presentar problemas en el corto y largo plazo. La respuesta del Premio Nobel fue extensa:
[E]sta situación puede tener efectos negativos de la misma manera que tener padres alcohólicos puede ser difícil. No creo que el problema sería peor en comparación con el alcohol. Puede haber problemas, pero uno debe tener cuidado… Los padres que son altamente adictos a las drogas por lo general no llegan a ser bueno padres. ¿Qué serían estos padres si no pudieran obtener drogas? Probablemente harían otra cosa. Podrían beber intensamente o ser negligentes con sus hijos de otras formas. No estoy seguro de cuál sería el efecto neto, y eso es lo que deberíamos pensar. Creo que no ha habido una discusión suficiente sobre el efecto neto [de la legalización de las drogas]. Veamos a los adolescentes. Este es un argumento que escucho algunas veces: a los adolescentes les gusta el riesgo y las emociones. Manejan automóviles a gran velocidad, se involucran en una gran cantidad de accidentes automovilísticos—por mucho, la principal fuente de accidentes automovilísticos en Estados Unidos. Al legalizar las drogas, tal vez, la emoción de usar drogas disminuirá. Este es un argumento de por qué el consumo de drogas puede disminuirse aún cuando el precio sea más bajo. En general, no sabemos lo suficiente acerca de los diferentes substitutos. Si eliminamos por completo las drogas, tal vez los adolescentes beberán aún más, o quizá harán otras actividades tontas y peligrosas.
Si bien Becker había señalado los beneficios y costos de una eventual legalización de las drogas, una pregunta quedaba pendiente: ¿Cuál debería ser el papel del Estado en la regulación del mercado de las drogas? Concretamente, le preguntamos a Becker qué tipo de campañas gubernamentales deberían hacerse: las que promovieran la abstinencia o las que favorecieran el consumo responsable. Ante la disyuntiva, contestó:
Yo me inclinaría más hacia las campañas por el consumo responsable. Se pueden reducir mucho las externalidades si se promueve el consumo responsable.
Por último, le preguntamos a Becker si pensaba que los productores y distribuidores de drogas deberían, en un mercado competitivo, tener la opción de anunciar y promover sus productos. Su respuesta fue la siguiente:
Permitimos la publicidad de la cerveza, el vino y el alcohol, así que no veo por qué no debería ser lo mismo para las drogas. Los efectos sociales negativos de algunas drogas van a ser incluso más débiles en comparación con el alcohol. La marihuana es menos propensa a producir daños que el alcohol. No veo por qué no deberíamos permitir que las empresas privadas hagan publicidad. Las empresas privadas deben ser una industria competitiva en un mercado competitivo. Es posible que se desee restringir el consumo de los jóvenes, tal como lo queremos hacer para el alcohol, pero la publicidad debe permitirse.