Tremura de Luis Fernández

By Jose Toral | Etiquetas: ,

Va llegando. Está recostado sutilmente en la proa de un pequeño yate con un whisky escocés en las rocas, bajo el velo rojizo de un atardecer que se ha apoderado de la atmósfera y frente a una isla que renace de las entrañas del infinito mar. Una isla coloreada de un verde lúcido, como si fuera aquello que dio vida a la claridad más pura del razonamiento. Oula va llegando a Tremura. Viene solo por petición, por curiosidad, deseo, por iluso y aventurado. ¿Petición de qué? ¿Qué esperas ver Oula? Sigue aún con su vaso de vidrio achaparrado, las rocas han casi congelado las tres onzas de whisky escocés, y la tez del vaso ya no es cristalina ni pura, es sudante y opaca. Oula está parado en Tremura, aquella isla mitológica, irreal para incrédulos y sólo para incrédulos, pero ahora tangible para él. ¿Qué hay ahí Oula, qué esperas ver? Está parado sobre una superficie aún real, Jaques Lacan ya diría que es imaginaria o que sólo es el símbolo en su mente de una realidad que comienza apenas a rodearlo. En un instante, el verde lúcido comienza a subir por sus sandalias, mas no es el verde que trepa su cuerpo, es su mente que absorbe la lucidez. Comienza a embriagarlo aunque el whisky escocés sigue intacto y opaco por la frialdad de su símbolo. Ahora el símbolo ya no es símbolo, la imagen y el color de sus sandalias ahora son incomprensibles en esta nueva claridad. Oula no entiende, la turbación de la embriaguez está inmiscuida en el hipotálamo, arrojando millares y millares de sentimientos a su torrente sanguíneo. Oula ya no ve un yate flotando detrás, ve un artefacto ajeno con tubos redondeados que rebotan el rojizo del atardecer, ve cristales que permean y languidecen ante la fuerza del rojizo ambiente: los atraviesa. El vaso amodado ya no es vaso, es un cristal más adormilado ante el rojizo, ahora intenso. ¿Oula a qué vienes, qué hay ahí, qué esperas ver? Oula transita a pasos alentados ante una superficie porosa, en una isla que ya no es isla, ahí el misterio mitológico. Oula está estupefacto, sin embargo, aún ve sin observar, aún oye sin escuchar. Saca una roca fría del recipiente achaparrado, se derrite poco a poco en sus manos, juega con ella, lo disfruta, no lo entiende aún, no es claro lo qué es, siente una frescura inmensa que se apodera de sus dedos que desliza lentamente sobre la parte baja de su cuello. Reposa su cabeza hacia atrás, ahora en la nada, lo disfruta y vuelve a disfrutarlo, respira profundo más veces de las que su mente permite contar. ¿Oula, pudiste contar? Oula se reincorpora, la embriaguez reposa no en su nuca sino en el dedo meñique del pie izquierdo. ¿Qué ha pasado Oula, por qué estás desnudo? Oula comienza a hablar solo: - estoy solo, soy un símbolo o soy imaginario -. No estás sólo, el verde contesta: - eres real, te has desprendido de aquello que te oprime. Ven conmigo, te explicaré -. Verde no es imaginario, verde es la FuenteOvejuna de Lope de Vega: verde es uno y son todos. – Has logrado encontrar tu ser humano. Todos están desnudos de psique, están desnudos de símbolos, desnudos de opresión, desnudos de sistema, pero vestidos de alma. ¿Ves aquel recipiente que dejaste caer cuando tocaste tu nuca? – Oula sigue: - Sí, un líquido color caoba frio como el mismo corazón del... ¿del hombre! – El ambiente anaranjado se ha hecho permanente, pero ya nadie lo percibe, porque Tremura es permanente, no se mueve y no es mito, sólo es. Verde es mujer, es perfecta, se contonea en un caminar rítmico, podría hacer melodías angelicales con el solo parpadear de sus ojos en dupla con el movimiento de sus cabellos rizados. Ella continua: - Lo que dejaste caer no fue aquella bebida acaobada, fue tu pasado, fue una realidad que ya no puede ser en ti. Dejaste caer tu mente para volver a nacer. Reviviste cuando la gota fresca de la verdad tocó tu nuca, cuando respiraste hasta quedarte sin aliento. No pudiste contar, contar las veces que has respirado, porque contar es símbolo. Tremura no es mito, no es ilusión ni curiosidad. Es la verdad más pura. Verde es claridad, es pureza, es ser humano. Aquí, Oula, el hombre es cálido. El ambiente es nuestra esencia, el rojizo es nuestro sentir. Te sorprenderá esto Oula, pero aquí no hay símbolos, tan no hay símbolos que no eres Oula, eres parte, eres ser humano. Desprenderse no es tarea fácil, sólo ellos son plenos en Tremura –. Oula cae rendido en una superficie incomoda pero abrigadora. ¿Oula a qué vienes, qué hay ahí, qué esperas ver? Oula se contesta: - Vengo a ser mito: ser humano y no ser símbolo. Aquí hay lucidez de vida, calidez humana, hay… hay ¿amor! No espero ver, sólo observar; espero no ser símbolo, sólo ser; espero no ver el pasado sino ver mi mente.

ESPERO SER.
Ahora lo entiendo.

Luis Fernández


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